- Si nunca te arriesgas a perder, nunca te das la oportunidad de ganar.
- A partir de hoy tu vida puede tomar uno de dos rumbos. El éxito o el fracaso, La felicidad o la infelicidades tu decisión cual camino tomar y tienes igual oportunidad de seguir uno u otro sendero.
- Si nunca rompes un racimo de uva en el lagar, nunca tendrás un vaso de vino sobre tu mesa.
- Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero......, nunca te detengas!
- Si nunca sufres muriéndote en la siembra, nunca te gozaras renacido en la cosecha.
- Si nunca afrontas la pena de partir, nunca conocerás la alegría del regreso.
- Sólo cerrando las puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir.
- Cuando alegras a los demás, no tienes manera de evitar sentir alegría. Enseñando a los demás, no puedes dejar de aprender, de manera profunda y sustancial. No puedes forzar a nadie a comprenderte. Sin embargo intentando sinceramente comprender, lograrás ser comprendido.
- Perdone… y sobre todo perdónese a sí mismo. Empiece hoy… ahora… a vivir una vida mejor. Sólo de usted depende.
- Comience desde hoy… y ahora, una campaña de limpieza interior; libérese de rencores y resentimientos, olvide malos ratos pasados y errores cometidos, sólo fueron experiencias y lecciones por aprender. Quítese de encima esas pesadas cargas que de nada le sirven ahora.
- Si el desconsuelo te invade, ¡sonríe! Si el sonreír no basta, ¡silva! Si el silbar falla, ¡canta! Busca dentro de ti los muchos motivos que tienes para ser feliz y estar agradecido, la tristeza se irá desvaneciendo como la nieve ante la caricia cálida del sol.
- Si estás triste, no le des más cuerda al abatimiento, levanta tu ánimo! Actúa como una persona feliz, y esta emoción se irá convirtiendo en una actitud permanente.
- La mejor manera de lograr que tu punto de vista sea aceptado no es gritando. Es escuchando como sabrás de qué manera hablar más efectiva y convincentemente.
- La mejor manera de ayudarte a ti mismo es ayudando a los demás. Esa hermosa paradoja es la base de la civilización en su forma más maravillosa.
- Si nunca mueles los granos de tu trigo, nunca conocerás el sabor del pan.
- Si te sientes un poquito deprimido, ofrece tu bondad, tu cuidado, tu tiempo y tu atención a alguien. Y haciéndolo levantarás, como mínimo, a dos personas.
- Si nunca estas dispuesto a morir por una causa, nunca sabrás para que vives.
- Si nunca afrontas el miedo de dejar de ser como eres, nunca descubrirás la alegría de ser como puedes ser.
- Si nunca encaras tu pena y dejas de reír para llorar, nunca conocerás la dicha del que deja de llorar para reír.
- Si nunca estas dispuesto a dejar todo lo que tienes, nunca sentirás que lo tienes libremente.
